La
creosota, Larrea tridentata, es un arbusto muy poco vistoso que crece en los desiertos de Sonora, Mojave o Chihuaua.
Además de sus peculiares adaptaciones a un ambiente tan
hostil, o más bien precisamente por ello, es una auténtica fábrica de
productos químicos.
Chaparral: Arbusto de creosota.
Hasta un 10% del peso seco de sus hojas contiene
NGDA (Ácido Nordihidroguaiarético) una sustancia con un enorme poder
antioxidante y que ha demostrado ser un excelente remedio contra las
infecciones (y contra el dolor de muelas). Y muy completito:
Antibacteriano, antifúngico y antiviral.
En la actualidad, laboratorios
de USA, entre otros, están comprobando también su posible aplicación en
el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, por su capacidad para inhibir ciertos factores de crecimiento tumoral y por ser un agente antimutagénico.
En la naturaleza, los
organismos sésiles suelen ser formidables máquinas de producción de un
gran número de sustancias que empiezan a ser probadas y explotadas por
su interés para el ser humano. Digamos que, "si no me puedo mover, y
encima vivo en un ambiente hostil donde me puede eliminar cualquier
herbívoro, solo aquellos de mis descendientes "más imagnativos" en crear
sustancias tóxicas, me sobrevivirán".
http://cdri.org/publications/nature-notes/plants/creosote-medicine/