martes, 20 de marzo de 2012

"Solífugos", esos arácnidos tan raritos


Los arácnidos comprenden muchos grupos diferentes, aunque los más conocidos por nosotros sean una mínima representación de este fascinante grupo de artrópodos: las arañas y los  escorpiones, arácnidos que nos producen en muchos casos una fobia especial.
Existen otros muchos grupos de arácnidos menos frecuentes, más difíciles de observar y muy poco conocidos. Podemos citar, entre otros, a los ácaros, los pseudoescorpiones o los solífugos.

Los solífugos, como los ácaros, son arácnidos carentes de veneno, pero sin embargo feroces cazadores gracias a la capacidad de detección de presas que les proporcionan sus enormes pedipalpos, y sobretodo a los enormes quelíceros, algo así como fortísimas mandíbulas capaces de despedazar a las presas en tiempo record.
En españa existe una sóla especie, Gluvia dorsalis que no es tan infrecuente de observar, y que solemos matar nada más verla por su aspecto "inquietante" y por la rapidez con que se mueve.
Insisto, se trata de una especie absolutamente inofensiva y que además nos puede librar de algún bichejo algo más molesto.

La siguiente secuencia de imágenes fueron tomadas por Luis Fernández y Ricardo Martínez Ibáñez a quienes agradezco que me permitan publicarlas en este humilde blog.

"Nuestro" ejemplar de Gluvia dorsalis mide tan solo unos 3 cm. En la imagen se aprecian muy bien los cuatro pares de patas característicos de todos los arácnidos, los largos pedipalpos y los "mortales" quelíceros que sobresalen de la cabeza.


Aquí se la puede ver devorando a una presa menor, una chinche de campo:




Pero también se atreve con enemigos grandes y poderosos. En esta serie de fotografías la podemos observar cazando una avispa al tiempo que elude con enorme habilidad su mortal aguijón...




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